Como parte del neoliberalismo que impusieron con las dictaduras en los distintos países de Nuestra América, llegó la profundización del extractivismo, algo ya propio del sistema capitalista, y que hoy seguimos sufriendo y enfrentando. En sus años de ocupación del Estado, la dictadura generó, entre otras atrocidades, la creación de los mal llamados “rellenos sanitarios”, los CEAMSE (Coordinadora Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado, creada en 1977), donde se entierran toneladas y toneladas de basura de todo tipo todos los días, y se contamina el ambiente en general y se enferma la población. Y luego fue llegando la megaminería a cielo abierto, los monocultivos transgénicos…
Con su accionar asesino sistemático, con 30.000 detenidos/as desaparecidos/as, con centros clandestinos de tortura, con robo de bebés, persecuciones, etc, quisieron sentar las bases para tener una población pasiva, que acepte las políticas de explotación, saqueo y contaminación, que acepte la deuda externa contraída… pero acá estamos, en la lucha, y somos millones y millones en todos los países de Nuestra América y el mundo. Ni con sus políticas de terror en dictadura, ni consumismo y represión en democracia, ni con sus embates de formateo ideológico desde los medios masivos de información y la escuela, pudieron con la fibra revolucionaria que vive en los pueblos de Nuestra América.
Han querido cooptar esta lucha, tomar como propias las reivindicaciones de nuestra clase social, la clase trabajadora, que pagar la deuda externa nos liberaba, que estaba bien la ley antiterrorista aprobada en 2007, Macri decía que fueron 8000, ahora el actual presidente Alberto Fernández nos dice que demos vuelta la página… nosotras y nosotros decimos ¡NI OLVIDO NI PERDÓN! No olvidamos, no perdonamos, exigimos cárcel común y efectiva para cada uno de los militares y demás miembros de las fuerzas represivas, empresarios y miembros de la Iglesia Católica que fueron parte de una de las peores páginas de la historia en estas tierras.
Hoy, ante la pandemia del coronavirus, nos plantean que nos debemos proteger entre todos, pero quienes “cuidan” las calles con los métodos que ya les conocemos, es la misma policía corrupta y asesina, es la misma Gendarmería que desapareció y asesinó a Santiago Maldonado, es la Prefectura que asesinó por la espalda a Rafael Nahuel, son esas Fuerzas Armadas que dieron el golpe en el ´76 y que siempre tuvieron en vilo a las hipócritas democracias burguesas, como viene ocurriendo en distintos países de Nuestra América (Honduras 2008, Paraguay 2012, Brasil 2015, Bolivia 2019, por citar algunos ejemplos).
Por los derechos humanos de ayer y hoy, exigimos
- ¡No al pago de la deuda externa! ¡Fuera el FMI y todos los buitres!
- ¡Cierre definitivo de cada uno de los CEAMSE, con su correspondiente remediación ambiental!
- ¡Basta de megaminería y agronegocios en nuestros territorios!
- Restitución de sus tierras a los pueblos originarios. ¡No hubo un NUNCA MÁS para los pueblos originarios! ¡Expropiación a Benetton y demás terratenientes, que siguen usufructuando los robos provocados en base a aquellas matanzas hechas en las “campañas al desierto” y otras tantas!
- ¡Justicia por Javier Chocobar, Cristian Ferreyra, Roberto López, Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, y todos/as cada uno/a de los/as asesinados/as en democracia por luchar por el territorio!
- Nuestros cuerpos no son territorio de conquista
Y en este contexto de emergencia sanitaria por coronavirus, exigimos que ningún/a trabajador/a sea despedido/a por cumplir con la cuarentena, que el Estado se haga cargo de las mensualidades obtenidas por los laburantes de la economía no formal, que entreguen barbijos y materiales necesarios de limpieza casa por casa en todo el país, y que se dé protección inmediata a cada mujer y niño/a víctimas de la violencia de género y familiar.
Cuando leemos cada una de estas exigencias, nos lleva a analizar que en el futuro que queremos, debemos poner todo patas para arriba. Todo lo poco que expresamos en este pequeño documento, tiene su origen en el capitalismo, y sólo desde una perspectiva socialista, antiimperialista, antipatriarcal y en defensa del ambiente podremos hacer realidad esta transformación social tan necesaria.
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