El coronoavirus no nos calla.
En el Día de los Trabajadores y las Trabajadoras hablamos de la crisis de acumulación global del capital, las nuevas formas de explotación del trabajo, el teletrabajo y las tecnologías 4.0, el control de la producción y las nuevas formas del sindicalismo y la organización obrera.
Entrevistamos a Lucía Ortega, Economista y docente UBA y columnista en La Izquierda Diario; Cecilia Anigstein, Socióloga y docente de UNGS; y Enrique Gandolfo, Secretario General de CTA Bahia Blanca.
Escuchanos con MÚSICA EN VIVO con Sabrina Leone
Para escuchar o bajarte el programa
https://ar.ivoox.com/es/programa-especial-dia-trabajadores-audios-mp3_rf_50632049_1.html
martes, 5 de mayo de 2020
La escuela en tiempos de pandemia
Los gobiernos provinciales y nacional impusieron la denominada “continuidad pedagógica” con la modalidad virtual, con el aval de todos los poderes del Estado, intentando mostrar a toda la sociedad que, como plan de contingencia, es posible adecuar el sistema educativo al cierre de escuelas definido en este proceso de aislamiento social preventivo y obligatorio por el COVID-19.
Si bien en un primer momento nos querían obligar a asistir a las escuelas, a pesar de no haber clases, ante la protesta generalizada tuvieron que avanzar con la implementación de la educación a distancia. Ésta se viene llevando adelante sin la estructura y soporte tecnológico necesario ni formación previa docente, sin condiciones materiales de existencia mínimas para dar y recibir clases ni mucho menos con una construcción democrática de una propuesta pedagógica que dé respuesta a esta situación de emergencia. Pretender que el proceso de enseñanza-aprendizaje se efectivice en estas condiciones, es simplemente una farsa, una mentira gubernamental. La construcción colectiva del conocimiento pasa a una mera transmisión del mismo, en el mejor de los casos.
Ya pasado mes y medio desde la suspensión de las clases, docentes, estudiantes y familias, estamos trabajando todos los días en la cuestión educativa, por llamarle de algún modo, pero no en el marco de una continuidad pedagógica. No nos engañemos. A pesar de nuestros esfuerzos, no podemos pretender que el acto educativo se traslade de manera casi mágica a las casas de los niños, niñas y adolescentes, muchas veces sin un lugar cómodo y silencioso para estudiar/trabajar, sin acceso a medios tecnológicos (computadoras, acceso a internet, libros, etc.), con múltiples tareas hogareñas que se superponen con el trabajo, profundizándose la violencia hacia las trabajadoras de la educación (se amplía la feminización del trabajo no remunerado, ya que son mayoría en esta tarea) y, en gran cantidad de casos, sin mínimas condiciones de salubridad y alimentación. Un conjunto de situaciones y elementos que demuestran que en estas condiciones no podemos hacer más que acompañar a nuestros y nuestras estudiantes en este difícil momento, y también acompañarnos entre maestras, maestros, profesoras y profesores, desplegando toda la solidaridad de clase que nos caracteriza como laburantes.
Que quede claro, no puede existir una continuidad pedagógica a la distancia en un sistema educativo que es presencial, y mucho menos sin condiciones materiales de existencia elementales para estudiantes y docentes, tanto para estudiar y trabajar, como para vivir.
¿Cómo estamos trabajando?La sobre explotación a la que nos vemos sujetos los y las trabajadores/as de la educación, es evidente. Esto no es nuevo, no aparece recientemente con las clases virtuales, pero ahora se profundiza. Nos estamos formando en el manejo de herramientas digitales de manera autodidacta –en el caso que contemos con los medios tecnológicos- y a las apuradas -en pleno desarrollo del ciclo lectivo-, trabajando más horas que de costumbre y en un contexto familiar –en la mayoría de los casos- que impacta sobre el poder de concentración al intentar llevar adelante nuestras tareas. Esta explotación se complementa con algo no menor, hay cursos sin docentes y docentes sin curso: es así que, o alguien se ocupa de generar actividades para esos estudiantes –sin ser remunerada/o por ello-, mientras hay docentes que no pueden completar cargo; o hay cursos que directamente no tienen “dictado” de esa materia. Todo esto se llama precarización de las condiciones laborales y precarización del sistema educativo, agudizando la desigualdad social y educativa.
Miles de docentes de la provincia no hemos podido tomar horas o completar mínimamente un cargo (a pesar de lo cual seguiríamos con un salario por debajo de la línea de pobreza), debido a la suspensión de los actos públicos. ¡Si hay clases virtuales que hayan actos públicos virtuales o que el Estado garantice el ingreso faltante!
¿Se ha podido forjar realmente una relación pedagógica docente-estudiante?
El proceso de enseñanza-aprendizaje (o los procesos de enseñanza y aprendizaje, según cómo lo concibamos), en definitiva, no está ocurriendo, empezando porque no hemos podido constituir la relación pedagógica docente-estudiante. En el mejor de los casos, tuvimos dos semanas de clase, y en muchas situaciones no les hemos visto la cara a los/as estudiantes, y viceversa. Parece cada vez más evidente que nos están usando para tener ocupada a toda la comunidad educativa. No nos podemos prestar a esto. Sí es necesario relacionarnos con nuestros y nuestras estudiantes, pero también es necesario afirmar una vez más que las clases sólo pueden ser presenciales.
¿Y los sindicatos dónde están?
A principios de año las burocracias sindicales docentes nos entregaron aceptando una paritaria impresentable y ahora sólo aparecen para marcar el esfuerzo que hacemos y la capacidad demostrada, sin problematizar las condiciones de trabajo de sobre explotación. Ni siquiera han rechazado contundentemente el fraude del Programa de Incorporación Especial de Docentes y Auxiliares del gobernador Kicillof, que en su primera etapa sólo alcanzó a poquísimos docentes del listado oficial que aún no habían tomado ni una hora, y en una segunda nos completan los módulos hasta llegar a ocho (sí, 8, para algo que tal vez dure todo el año), y con la potencial obligatoriedad de asistir presencialmente a las escuelas para repartir alimentos, exponiéndonos a contagiarnos en una tarea que no nos corresponde, en plena cuarentena.
Y en todo esto, ¿qué hacemos?
De nuestro quehacer cotidiano llevado a cabo desde el cierre de las escuelas, sacamos algunas conclusiones, que se transforman en exigencias y propuestas, tales como:
• No cerrar notas en este primer trimestre, dejando la calificación abierta, ya que ese número o concepto será injusto. Evaluar los trabajos, sí, acompañando al estudiantado en sus tareas, en el día a día, y preparándonos para la vuelta al aula. No hay ninguna estrategia pedagógica que reemplace las clases presenciales. Y en caso de presiones de inspectores/as y directivos, informar a compañeras/as de la Multicolor para organizarnos en consecuencia.
• Cumplir horario de trabajo correspondiente a carga horaria, para que no estemos trabajando ni recibiendo información las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
• Exigir a las conducciones sindicales medidas de fuerza para que todo/a docente pueda completar cargo, por intermedio de la apertura de los actos públicos o por el depósito mensual al básico de cada compañera/o. Y además, que no se cobre la cuota sindical a quienes no lleguen al cargo, hasta tanto consigamos la reapertura de los actos públicos.
• Exigir al Estado que se garanticen las necesidades de nuestros/as estudiantes y sus familias para que puedan alimentarse sana y dignamente, que tengan condiciones de seguridad e higiene en sus hogares para cuidarse del COVID - 19, incluso si tienen que trasladarse, manteniéndonos alerta para aportar desde nuestros lugares como docentes organizados/as para que esto se concrete, incluyendo de manera especial las situaciones de violencia de género y de violencia familiar. Pero no por esto dejar de lado la auto-organización solidaria para ayudar en lo que podamos.
• Exigirle a la Dirección General de Cultura y Educación que garantice los dispositivos tecnológicos necesarios al estudiantado para que pueda estudiar, como netbook, tablet, etc, y que tengan acceso de manera gratuita a internet.
Toda esta situación analizada, agiganta la brecha en el aprendizaje entre quienes más tienen y quienes menos. De cada punto de este pequeño escrito se puede tomar elementos que nos permitan ver cómo el sostenimiento de un sistema educativo como este, uno de los pilares fundamentales del sistema capitalista en Argentina, es una fuente de desigualdad. Por lo tanto hace falta pensarnos seriamente como parte de este proceso y organizarnos en toda la provincia, pero también en todo el país, en unidad, de manera democrática, y así torcer el rumbo de este camino y que, pasada la pandemia, avancemos por la recuperación de los sindicatos para la lucha por los derechos de los/as trabajadores/as y en un debate de fondo de todo el sistema educativo, con el fin de afrontar un proceso de transformación radical en este plano.
Para sumar tu firma o adherir, comunicate al (011)15-63032205
Primeras firmas y adhesiones:
• Lista Multicolor en el SUTEBA Luján
• Agrupación Docente Coral en la Multicolor
• Vanina Pereyra - Docente de Marcos Paz
• Nicolás Rojas - Docente de Marcos Paz
• Alicia Ruiz - Docente de Marcos Paz
• Elisabet Carelle - Docente de San Andrés de Giles / Exaltación de la Cruz
• Leonardo Moreno – Docente de Luján / Exaltación de la Cruz
• Ariel Vilariño – Docente de Luján
• Carla Poth – Docente de Luján
• Victorio Lasala – Docente de Luján
• Daniela Cooper – Docente de Luján
• Fátima Sosa – Docente de Luján
• Fernanda Rodríguez – Docente de Luján
• Carla Rodríguez - Docente de Luján
• Tamara Moreno - Docente de Luján
• Mariana Díaz – Docente de Luján y Exaltación de la Cruz
• Araceli Sivori – Docente de Brandsen
• Leonardo Fernández – Docente de José C. Paz
• Beatriz Francia – Docente de Tornquist
• Eliana Serritella – Docente de San Antonio de Areco
• Patricia Dall Oro – Docente de Exaltación de la Cruz
• Sonia Cabrera - Instructora de escuelas secundarias con oficio en actividades agropecuarias, General Pueyrredón
• José Escobar - Docente de Escobar
Adhieren:
• Lista Naranja y Roja en ADUNLu
• Leonardo Varela - Profesor e investigador UNLu y UBA
Si bien en un primer momento nos querían obligar a asistir a las escuelas, a pesar de no haber clases, ante la protesta generalizada tuvieron que avanzar con la implementación de la educación a distancia. Ésta se viene llevando adelante sin la estructura y soporte tecnológico necesario ni formación previa docente, sin condiciones materiales de existencia mínimas para dar y recibir clases ni mucho menos con una construcción democrática de una propuesta pedagógica que dé respuesta a esta situación de emergencia. Pretender que el proceso de enseñanza-aprendizaje se efectivice en estas condiciones, es simplemente una farsa, una mentira gubernamental. La construcción colectiva del conocimiento pasa a una mera transmisión del mismo, en el mejor de los casos.
Ya pasado mes y medio desde la suspensión de las clases, docentes, estudiantes y familias, estamos trabajando todos los días en la cuestión educativa, por llamarle de algún modo, pero no en el marco de una continuidad pedagógica. No nos engañemos. A pesar de nuestros esfuerzos, no podemos pretender que el acto educativo se traslade de manera casi mágica a las casas de los niños, niñas y adolescentes, muchas veces sin un lugar cómodo y silencioso para estudiar/trabajar, sin acceso a medios tecnológicos (computadoras, acceso a internet, libros, etc.), con múltiples tareas hogareñas que se superponen con el trabajo, profundizándose la violencia hacia las trabajadoras de la educación (se amplía la feminización del trabajo no remunerado, ya que son mayoría en esta tarea) y, en gran cantidad de casos, sin mínimas condiciones de salubridad y alimentación. Un conjunto de situaciones y elementos que demuestran que en estas condiciones no podemos hacer más que acompañar a nuestros y nuestras estudiantes en este difícil momento, y también acompañarnos entre maestras, maestros, profesoras y profesores, desplegando toda la solidaridad de clase que nos caracteriza como laburantes.
Que quede claro, no puede existir una continuidad pedagógica a la distancia en un sistema educativo que es presencial, y mucho menos sin condiciones materiales de existencia elementales para estudiantes y docentes, tanto para estudiar y trabajar, como para vivir.
¿Cómo estamos trabajando?La sobre explotación a la que nos vemos sujetos los y las trabajadores/as de la educación, es evidente. Esto no es nuevo, no aparece recientemente con las clases virtuales, pero ahora se profundiza. Nos estamos formando en el manejo de herramientas digitales de manera autodidacta –en el caso que contemos con los medios tecnológicos- y a las apuradas -en pleno desarrollo del ciclo lectivo-, trabajando más horas que de costumbre y en un contexto familiar –en la mayoría de los casos- que impacta sobre el poder de concentración al intentar llevar adelante nuestras tareas. Esta explotación se complementa con algo no menor, hay cursos sin docentes y docentes sin curso: es así que, o alguien se ocupa de generar actividades para esos estudiantes –sin ser remunerada/o por ello-, mientras hay docentes que no pueden completar cargo; o hay cursos que directamente no tienen “dictado” de esa materia. Todo esto se llama precarización de las condiciones laborales y precarización del sistema educativo, agudizando la desigualdad social y educativa.
Miles de docentes de la provincia no hemos podido tomar horas o completar mínimamente un cargo (a pesar de lo cual seguiríamos con un salario por debajo de la línea de pobreza), debido a la suspensión de los actos públicos. ¡Si hay clases virtuales que hayan actos públicos virtuales o que el Estado garantice el ingreso faltante!
¿Se ha podido forjar realmente una relación pedagógica docente-estudiante?
El proceso de enseñanza-aprendizaje (o los procesos de enseñanza y aprendizaje, según cómo lo concibamos), en definitiva, no está ocurriendo, empezando porque no hemos podido constituir la relación pedagógica docente-estudiante. En el mejor de los casos, tuvimos dos semanas de clase, y en muchas situaciones no les hemos visto la cara a los/as estudiantes, y viceversa. Parece cada vez más evidente que nos están usando para tener ocupada a toda la comunidad educativa. No nos podemos prestar a esto. Sí es necesario relacionarnos con nuestros y nuestras estudiantes, pero también es necesario afirmar una vez más que las clases sólo pueden ser presenciales.
¿Y los sindicatos dónde están?
A principios de año las burocracias sindicales docentes nos entregaron aceptando una paritaria impresentable y ahora sólo aparecen para marcar el esfuerzo que hacemos y la capacidad demostrada, sin problematizar las condiciones de trabajo de sobre explotación. Ni siquiera han rechazado contundentemente el fraude del Programa de Incorporación Especial de Docentes y Auxiliares del gobernador Kicillof, que en su primera etapa sólo alcanzó a poquísimos docentes del listado oficial que aún no habían tomado ni una hora, y en una segunda nos completan los módulos hasta llegar a ocho (sí, 8, para algo que tal vez dure todo el año), y con la potencial obligatoriedad de asistir presencialmente a las escuelas para repartir alimentos, exponiéndonos a contagiarnos en una tarea que no nos corresponde, en plena cuarentena.
Y en todo esto, ¿qué hacemos?
De nuestro quehacer cotidiano llevado a cabo desde el cierre de las escuelas, sacamos algunas conclusiones, que se transforman en exigencias y propuestas, tales como:
• No cerrar notas en este primer trimestre, dejando la calificación abierta, ya que ese número o concepto será injusto. Evaluar los trabajos, sí, acompañando al estudiantado en sus tareas, en el día a día, y preparándonos para la vuelta al aula. No hay ninguna estrategia pedagógica que reemplace las clases presenciales. Y en caso de presiones de inspectores/as y directivos, informar a compañeras/as de la Multicolor para organizarnos en consecuencia.
• Cumplir horario de trabajo correspondiente a carga horaria, para que no estemos trabajando ni recibiendo información las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
• Exigir a las conducciones sindicales medidas de fuerza para que todo/a docente pueda completar cargo, por intermedio de la apertura de los actos públicos o por el depósito mensual al básico de cada compañera/o. Y además, que no se cobre la cuota sindical a quienes no lleguen al cargo, hasta tanto consigamos la reapertura de los actos públicos.
• Exigir al Estado que se garanticen las necesidades de nuestros/as estudiantes y sus familias para que puedan alimentarse sana y dignamente, que tengan condiciones de seguridad e higiene en sus hogares para cuidarse del COVID - 19, incluso si tienen que trasladarse, manteniéndonos alerta para aportar desde nuestros lugares como docentes organizados/as para que esto se concrete, incluyendo de manera especial las situaciones de violencia de género y de violencia familiar. Pero no por esto dejar de lado la auto-organización solidaria para ayudar en lo que podamos.
• Exigirle a la Dirección General de Cultura y Educación que garantice los dispositivos tecnológicos necesarios al estudiantado para que pueda estudiar, como netbook, tablet, etc, y que tengan acceso de manera gratuita a internet.
Toda esta situación analizada, agiganta la brecha en el aprendizaje entre quienes más tienen y quienes menos. De cada punto de este pequeño escrito se puede tomar elementos que nos permitan ver cómo el sostenimiento de un sistema educativo como este, uno de los pilares fundamentales del sistema capitalista en Argentina, es una fuente de desigualdad. Por lo tanto hace falta pensarnos seriamente como parte de este proceso y organizarnos en toda la provincia, pero también en todo el país, en unidad, de manera democrática, y así torcer el rumbo de este camino y que, pasada la pandemia, avancemos por la recuperación de los sindicatos para la lucha por los derechos de los/as trabajadores/as y en un debate de fondo de todo el sistema educativo, con el fin de afrontar un proceso de transformación radical en este plano.
Para sumar tu firma o adherir, comunicate al (011)15-63032205
Primeras firmas y adhesiones:
• Lista Multicolor en el SUTEBA Luján
• Agrupación Docente Coral en la Multicolor
• Vanina Pereyra - Docente de Marcos Paz
• Nicolás Rojas - Docente de Marcos Paz
• Alicia Ruiz - Docente de Marcos Paz
• Elisabet Carelle - Docente de San Andrés de Giles / Exaltación de la Cruz
• Leonardo Moreno – Docente de Luján / Exaltación de la Cruz
• Ariel Vilariño – Docente de Luján
• Carla Poth – Docente de Luján
• Victorio Lasala – Docente de Luján
• Daniela Cooper – Docente de Luján
• Fátima Sosa – Docente de Luján
• Fernanda Rodríguez – Docente de Luján
• Carla Rodríguez - Docente de Luján
• Tamara Moreno - Docente de Luján
• Mariana Díaz – Docente de Luján y Exaltación de la Cruz
• Araceli Sivori – Docente de Brandsen
• Leonardo Fernández – Docente de José C. Paz
• Beatriz Francia – Docente de Tornquist
• Eliana Serritella – Docente de San Antonio de Areco
• Patricia Dall Oro – Docente de Exaltación de la Cruz
• Sonia Cabrera - Instructora de escuelas secundarias con oficio en actividades agropecuarias, General Pueyrredón
• José Escobar - Docente de Escobar
Adhieren:
• Lista Naranja y Roja en ADUNLu
• Leonardo Varela - Profesor e investigador UNLu y UBA
22 de abril- Día de la Tierra
UN PLANETA,UNA SALUD
HACIENDO LA PAZ CON LA TIERRA
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PORQUE HAY UNA SOLA
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