lunes, 6 de septiembre de 2021

A 10 AÑOS DE LA EXPULSIÓN POR VIOLENCIA DE GÉNERO DEL DOCENTE JOSÉ LUIS TORELLA DE LA UNLU… ¡SIGAMOS ORGANIZÁNDONOS CONTRA EL PATRIARCADO Y EL CAPITALISMO!

Lujan, 6 de Septiembre de 2021

 

Hace pocos días, 1° de septiembre, se cumplieron 10 años de la expulsión por violencia de género del entonces docente universitario José Luis Torella, de la Universidad Nacional de Luján. Abuso de poder, acoso sexual, violencia económica, amenazas y persecución dentro y fuera de la universidad fue lo que este violento hizo a una compañera estudiante, y por lo cual agrupaciones universitarias obramos en consecuencia. Fue la primera vez que se echó a un docente de una universidad pública por ejercer violencia de género, marcando un precedente que debemos levantar y retomar cuantas veces sea necesario para que estas situaciones no queden impunes, con la finalidad de que dejen de pasar.

En ese momento la Universidad no contaba con un protocolo de actuación ante este tipo de situaciones, y el estudiantado sólo tenía (y aún tiene) solamente un 25% de representación en el Consejo Superior (órgano político de cogobierno que definió su destitución), en un contexto distinto al de estos días, y a pesar de lo engorroso y extenuante que significó avanzar por el carril de juicio académico, un grupo de compañeras y compañeros del Frente Universitario de Luján (hoy en SUBVERSIÓN) y el Movimiento Independiente de Agronomía, con el apoyo del sindicato docente ADUNLu, fuimos para adelante.

En estos 10 años crecieron las denuncias sobre hechos similares en distintas universidades: en la Universidad de Buenos Aires, en la Universidad Nacional de La Plata, Universidad Nacional de Lomas de Zamora, Universidad Nacional de General Sarmiento, Universidad Nacional de Tres de Febrero, Universidad Nacional de Cuyo y más casos en la de Luján, por citar algunas. Varias de esas denuncias se formalizaron, otras tomaron el rumbo de los medios de comunicación, otros casos fueron expuestos por agrupaciones estudiantiles, organizaciones sociales, etc. Todas tuvieron el mismo eje central, la violencia de parte de hombres hacia las mujeres y, en general, de docentes hacia estudiantes, con dispar suerte para los violentos. No sabemos si nuestra lucha y sus frutos llegaron a todos los oídos que debían, pero acá nos damos una nueva oportunidad para darle difusión. ¡NI OLVIDO NI PERDÓN!

Ese 1° de septiembre de 2010 realizamos una gran movilización al Consejo Superior para demostrar con el cuerpo que ya no había lugar para la impunidad en la UNLu, exigiendo su expulsión sin dilaciones,  para evitar que siguieran operando algunos silencios docentes cómplices. ¡Y lo echamos!

Repasemos un poco la historia

A fines de 2009 denunciamos al docente JOSE LUIS TORELLA por ABUSO DE PODER, ACOSO SEXUAL, VIOLENCIA ECONÓMICA, AMENAZAS Y PERSECUCIÓN DENTRO Y FUERA DE LA UNLu contra una compañera estudiante. Un proceso arduo donde se acompañó a la víctima desde las agrupaciones intervinientes, haciendo camino al andar y a la vez andando por un camino pedregoso, protegiendo con el anonimato para evitar la re-victimización y combatiendo contra el patriarcado instalado en la universidad y en la sociedad. Volanteadas, asambleas, reuniones de seguimiento del tema entre las agrupaciones y con la compañera estudiante, movilizaciones al Consejo Superior, comunicados de prensa, notas en los medios, estudio de las normativas de adentro y fuera de la universidad, juntar plata para costear gastos y muchísima energía puesta en la cancha.

Con toda esta lucha enfocada en función del objetivo, logramos que el Consejo Superior lo suspenda provisoriamente y le prohíba el ingreso a la Universidad, a principios de 2010. No obstante, incumplió las restricciones, lo que nos tuvo en alerta y coordinación de autodefensa constante.

Por otro lado, en el ámbito Judicial -donde claramente el acceso a la justicia suele no ser igualitario debido a un Poder Judicial burgués y patriarcal- se logró una perimetral de 200 metros recién a fines del mismo año (2010), cosa que Torella también infringió en más de una oportunidad.

Como parte del proceso de juicio académico, se constituyó un Tribunal Académico (sólo compuesto por docentes, otro punto que marca la escasa democratización en la toma de decisiones) que elevó su informe al Consejo Superior, para que defina la situación. Este tribunal no fue a fondo, dejándole una ventana abierta para seguir trabajando impunemente en la UNLu, mediante alguna sanción. Y fue así que, a casi dos años de haber iniciado la denuncia, y con todo el cansancio y hartazgo a cuestas, sabíamos que debíamos seguir poniendo el cuerpo y por eso desde la entonces lista estudiantil 105 (FUL + MIA) hace 10 años nos preguntábamos en un volante, con el cual se llamaba a movilizar a la sesión de Consejo:

“¿Es que las actuaciones de Torella no son actos de opresión hacia la Mujer? ¿Los derechos de las Mujeres no son Derechos Humanos? ¿Por qué paso esto?... Porque si el tribunal hubiese tomado esos incisos solo correspondería la expulsión directa del docente, entonces, ahora toda la responsabilidad es del Consejo Superior (…). Participemos todas y todos del Consejo Superior, para que sesione de manera pública.

¿Vos legitimarías la violencia de género dentro de la universidad?”

Y afirmábamos:

“NOSOTRXS ¡NO!  Por eso…

¡NO QUEREMOS SU SUSPENSIÓN POR ALGUNOS DÍAS!

¡NO QUEREMOS UNA UNIVERSIDAD QUE NO SE DEFINA ANTE LAS INJUSTICIAS Y OPRESIONES!

¡EXIGIMOS LA EXPULSIÓN DIRECTA DE JOSE LUIS TORELLA DE LA UNLu!

¡DOCENTES DE ESTAS CARACTERÍSTICAS NO PUEDEN ESTAR FRENTE A LAS CURSADAS!”

 

De esta manera, luego de dos años de lucha, en la cual muchas compañeras se cargaron al hombro las acciones, y con un convencimiento colectivo de que íbamos a lograr su expulsión a pesar de todas las trabas institucionales y culturales. Todo esto fue parte de nuestra lucha por una universidad pública, gratuita, laica, crítica, que investigue en función de los intereses de la clase trabajadora, con una perspectiva antipatriarcal.

¿Qué pasó en estos años?

Tiempo después discutimos en asambleas los lineamientos de un protocolo ante casos de violencia de géneros, lo cual desembocó en la formalización del mismo (algo entibiado por la Gestión de turno, por supuesto). Hoy, la mayoría de las universidades nacionales cuentan con esos protocolos, pero nuestra enseñanza nos marca que sólo se podrá hacer efectivo si lo tomamos en nuestras manos, desde abajo, con democracia directa y repensándolo regularmente, poniéndolo en crítica, como nosotrxs hicimos con nuestra experiencia de lucha vivida.

También analizamos críticamente que Torella continuó trabajando como docente en otros niveles educativos a pesar de su expulsión de la Universidad, generando nuevos casos de violencia. Junto a otros colectivos y demás cumpas lo escrachamos en una escuela secundaria de Luján e informamos al Colegio de Ingenieros Agrónomos de provincia de Buenos Aires. Todo esto nos lleva a pensar en la necesidad de una articulación de las luchas en todos los niveles del sistema educativo, a masificar los escraches y a cuidarnos colectivamente de manera más determinante.

Pasaron 10 años... Pasaron muchas cosas en este tiempo. El “Ni una Menos”, la legalización del aborto, la Ley de Identidad de Género y la Ley Micaela, etc, pero la violencia patriarcal se encuentra tan vigente como en aquel entonces… Lo que cambió es que en todos estos años fueron creciendo las luchas para hacer realidad que “ya no nos callamos más” y que estamos convencidas y convencidos que lograremos tumbar al capitalismo y al patriarcado con coherencia, solidaridad, militancia y cuidándonos colectivamente.

Hacemos un reconocimiento a las compañeras del FUL y del MIA que en aquel entonces pusieron todo y un poco más…

Sigamos avanzando. Contá con nuestro apoyo.

SUBVERSIÓN + INDEPENDIENTES

 

Contacto de prensa: Leo Moreno 11-63032205

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