El 4 de abril de 2007, las asambleas de ATEN (sindicato
docente de Neuquén) decidieron cortar la ruta N°22, en Arroyito, Provincia de Neuquén.
Hacia el medio del desierto partieron caravanas de autos colectivos, banderas con consignas. Realizarían un corte de ruta, en vísperas de semana santa, que torciera el brazo de un gobierno provincial que no quería negociar. Las clases en Neuquén no habían comenzado. Más de doce provincias se encontraban en conflicto y las provincias de Salta, Santa Cruz y Río Negro ya habían declarado el paro por tiempo indeterminado. En ese momento, algunos docentes, en algunas provincias cobraban solo 1600 pesos cuando la canasta básica era de alrededor de 2400 pesos. Y el gobierno nacional de Néstor Kirchner, ese año, había establecido un básico de 1040 pesos. Salarios de miseria. Llegaron a la ruta, donde un gran despliegue policial los esperaba. Hidrantes, celulares policiales, cascos, escopetas … nada que sorprendiera. Toda la fuerza represiva dispuesta a impedir que se ejerciera el legítimo derecho a huelga. Los autos, los colectivos, las banderas, las consignas emprendieron la retirada. No estaba garantizada la seguridad de los compañeros y las compañeras que salieron a la ruta. Y es real. Quienes hemos tenido la oportunidad de estar en ese paraje de la ruta 22 sabemos que ese desierto que alguna vez fue poblado por las comunidades originarias, efectivamente hoy es tierra con nada. Sólo una estación de servicio, allí a lo lejos, sin baños, sin nada que garantizara la posibilidad de escaparse ante una factible represión.
Pero la orden ya estaba dada. La represión debía ser aleccionadora. Y aunque la decisión de quienes movilizaron fue efectivamente replegar, la policía abrió fuego. Por eso, a Carlos Fuentealba le dispararon por la espalda. Porque cuando el auto en el que viajaba emprendía la vuelta hacia Neuquén, la policía… el canalla de Darío Poblete, bajo las órdenes del entonces Gobernador Jorge Sobisch, del Movimiento Popular Neuquino (MPN), lo fusilaron con una granada de gas lacrimógeno, que atravesó el vidrio de la luneta del auto y que le impactó en la nuca. Poblete ejecutó el arma asesina. Y Sobisch ordenó asesinar.
Este 4 de abril se cumplieron 14 años de su asesinato. Sobisch sigue impune aún, aunque la causa política Fuentealba 2 se encuentra vigente y en 2019 ratificó las denuncias a los responsables políticos de la causa. El cabo Darío Poblete fue condenado a prisión perpetua en 2008. Sin embargo, gozó de beneficios que le permitieron caminar en libertad, múltiples veces. Esto es una muestra más de lo injusta que es la justicia cuando el que es juzgado es el que tiene el poder y aplica esa aparente justicia.
El encubrimiento de este asesinato sólo sale a la luz gracias a la lucha de los compañeros y las compañeras de Carlos Fuentealba, que durante estos 14 años no han… y no hemos bajado los brazos.
¿Qué nos enseñó Carlos Fuentealba? Hoy más presente que nunca.
Nos dejó la enseñanza de que con la vocación no podemos justificar el trabajo precario ni las cientos de horas laburadas para alcanzar un salario que no llega a fin de mes.
Nos enseñó que no se puede aceptar trabajar en escuelas que se caen a pedazos, que llueven humedad, que no tienen siquiera un pizarrón en el que las tizas, si las hay, puedan escribir.
Nos enseñó que no podemos aceptar que las escuelas nos exploten en la cara como ocurrió con el asesinato de Sandra y Rubén en Moreno, en 2018.
Nos enseñó que los y las docentes no se paran… no nos paramos frente a estudiantes. Nos enfrentamos a cientos de almas que cargan mochilas con cuadernos y lápices, pero también cargan la violencia de esta sociedad que los y las discrimina y excluye. Que cargan angustias, soledades y tristezas, que cargan un presente marcado por la desigualdad… y un futuro incierto.
Carlos Fuentealba nos mostró con el ejemplo que más importante que transmitir contenidos, es aprender a pensar colectiva y críticamente. Que el debate es el mejor método y que el ‘cara a cara’ y el mate (aunque nos digan en pandemia que nos debemos compartir el mate) son la manera de combatir las relaciones deshumanizadas que nos imponen. Son una manera de construir mundos nuevos
También nos enseñó que la mal llamada continuidad pedagógica no se garantiza a través de la enseñanza virtual, y que la deserción escolar que nos quieren hacer evitar o “ignorar” no se combate haciendo la vista gorda a los problemas reales que vivimos y sufrimos cotidianamente quienes somos parte del proceso de enseñanza y de aprendizaje.
Fuentealba nos dejó como enseñanza que el legado de desidia e injusticia de hoy, sólo se cambia con la organización y la lucha. Esa fue la lección más difícil de aprender. Porque en este sistema de miseria planificada, el aprendizaje a veces se paga con la vida.
Carlos Fuentealba nos dió su última clase luchando. Y allí nos quedó marcado a sangre y fuego la enseñanza de que “DOCENTE LUCHANDO, TAMBIEN ESTÁ ENSEÑANDO”
CARLOS FUENTEALBA PRESENTA! AHORA Y SIEMPRE!
Compartimos e invitamos a las actividades que estaremos realizando en la jornada:
En Córdoba
En Santa Fe
Este año para nuestra Amsafe Rosario el recordatorio será particular. A partir de sendas presentaciones que hicimos durante el 2020 habrá calle “Maestro Fuentealba” en Rosario y en Granadero Baigorria.
✅ El jueves 8 será la imposición del nombre en Baigorria frente a la escuela 6418.
✅ El viernes 9 será en Rosario, en la calle que pasa frente a la sede del Ministerio de Educación.
Serán jornadas de recuerdo, de homenaje, de lucha.
Allí nos encontraremos para volver a gritar ¡Compañero Carlos Fuentealba, presente!
En Buenos Aires
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